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¡Tu Voz, Tu Curul! El Llamado a la Juventud Étnica para Conquistar los Consejos de Juventud
- Movimiento Nacional Cimarrón
Por: Prudencio Palacios
El Movimiento Nacional Cimarrón exhorta a todas las organizaciones de comunidades negras, afrocolombianas, raizales, palenqueras, indígenas, rom, así como a las organizaciones campesinas y de jóvenes víctimas, a tomar un rol protagónico en el proceso de concertación y elección de sus representantes a los Consejos Municipales y Locales de Juventud. Este es un llamado a la acción para que la voz de nuestros pueblos resuene en los espacios donde se decide el futuro de nuestros territorios.
- 8 julio, 2025

Nos encontramos en un momento crucial para la participación democrática de nuestra juventud. La Circular Externa emitida por el Ministerio del Interior el 1 de abril de 2025 ha actualizado y socializado la guía definitiva para la elección de las curules especiales étnicas, un proceso que debe culminar antes del 19 de septiembre de 2025. No es solo un derecho, es una conquista social amparada en la Ley 1885 de 2018, que modificó el Estatuto de Ciudadanía Juvenil para asegurar que ningún joven sea dejado atrás.
Los Consejos de Juventud son definidos como mecanismos autónomos de participación, concertación y control de la gestión pública. Para nuestras comunidades, esto se traduce en una oportunidad sin precedentes: la posibilidad de llevar nuestras agendas, cosmovisiones, problemáticas y, sobre todo, nuestras soluciones, directamente a la mesa de diálogo con las instituciones locales.
La ley es clara: en los municipios y localidades donde existan comunidades étnicas, campesinas o población joven víctima, se deberá elegir un representante por cada una de ellas, añadiendo un miembro más al Consejo por cada comunidad. Esta no es una concesión, sino el reconocimiento de la diversidad que es la mayor riqueza de Colombia. La propia Corte Constitucional, en la Sentencia C-862 de 2012 ,subrayó que la elección de estos representantes debe ser el resultado de un proceso consultado y concertado con las propias comunidades, respetando nuestros principios de autonomía y buen gobierno.
Participar significa tener la potestad de influir en las políticas públicas, de vigilar la inversión social y de asegurar que los planes de desarrollo locales se conecten con la agenda nacional de juventudes, garantizando que respondan a las necesidades reales de los jóvenes indígenas, afrodescendientes, rom y campesinos de todo el país
El Ministerio del Interior ha trazado una ruta clara que las alcaldías deben seguir en diálogo con nuestras comunidades. Es fundamental que todos los jóvenes y líderes conozcan este procedimiento para exigirlo y hacerlo realidad.
El proceso se divide en dos grandes momentos: la concertación de las reglas y la elección del representante.
Fase 1: La Concertación (Acordar las Reglas del Juego)
Antes de elegir a una persona, la comunidad debe elegir cómo la va a elegir.
- La Convocatoria es Deber de la Alcaldía: La alcaldía de cada municipio o localidad es la responsable de convocar a espacios de concertación independientes para cada grupo étnico presente en su territorio. ¡No es un favor, es su obligación!
- ¿Quiénes Participan?: A esta reunión deben asistir las autoridades de cada comunidad. Por ejemplo, las autoridades tradicionales indígenas, los delegados de las Asambleas Generales de los Consejos Comunitarios afrocolombianos, o los representantes legales del pueblo Rom.
- ¿Qué se Acuerda?: El objetivo es definir el mecanismo para la elección del joven representante. Se debe decidir cómo será la inscripción de candidatos, la verificación de requisitos y, más importante, si la elección se hará por voto, por consenso o por otro método que la comunidad considere propio. Todo esto debe quedar registrado en un acta formal.
Fase 2: La Elección (Elegir a Nuestro Representante)
Una vez acordadas las reglas, se abre el proceso para postular y elegir.
- Requisitos para ser Candidato/a:
- Edad: Tener entre 14 y 28 años, acreditado con un documento de identidad válido.
- Pertenencia Étnica: Acreditar que se pertenece a la comunidad que se aspira a representar. Esto es fundamental para garantizar la legitimidad. La acreditación varía:
- Comunidades Negras, Afrocolombianas, Raizales y Palenqueras: Se requiere una certificación expedida por un Consejo Comunitario o una forma organizativa debidamente registrada ante el Ministerio del Interior.
- Comunidades Indígenas: Se debe presentar el certificado de pertenencia étnica que se puede consultar en el censo indígena del Ministerio del Interior o el que expide la autoridad tradicional competente.
- Pueblo Gitano (ROM): Deben solicitar la certificación a la Dirección de Asuntos Indígenas, ROM y Minorías del Ministerio del Interior.
Cronograma Sugerido: La Alcaldía, que lidera el proceso, debe garantizar tiempos razonables. La guía sugiere al menos 10 días hábiles para la inscripción, seguidos por periodos para la publicación de resultados, reclamaciones y su respectiva respuesta, antes de convocar a la elección final.
El Acta de Elección: El proceso culmina con un acta que formaliza al joven elegido. Este documento es crucial y debe ser firmado por el alcalde y el personero municipal como garantes. Finalmente, la alcaldía notifica el resultado y remite copia a la Registraduría Nacional para oficializar la curul.
Desde el Movimiento Nacional Cimarrón hacemos un llamado enérgico:
- A las y los jóvenes y a las organizaciones étnicas: Es hora de organizarse. Exijan a sus alcaldes que convoquen de inmediato a los espacios de concertación. Identifiquen a los jóvenes líderes y lideresas capaces de asumir esta gran responsabilidad. La fecha límite del 19 de septiembre de 2025 está cerca.
- A las Alcaldías Municipales y Locales: Cumplan con su deber legal y moral. Garanticen los recursos y la logística para que estos procesos de concertación y elección se desarrollen de manera transparente, participativa y respetuosa con los usos y costumbres de cada pueblo. Su rol es ser facilitadores, no impositores.
La conquista de estas curules es un paso fundamental para construir una Colombia más justa e incluyente desde la base. Es la oportunidad de que la agenda de la juventud étnica, campesina y víctima no solo sea escuchada, sino que se convierta en política pública.
¡La curul es nuestra, vamos por ella!