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Mayo de Herencia Afrocolombiana: La Fuerza Viva de la Afrocolombianidad
- Movimiento Nacional Cimarrón
Por Prudencio Palacios Palacios
Mayo fue declarado en Colombia como el Mes de la Herencia Afrocolombiana, una designación establecida mediante la Resolución 0740 de 2011 del Ministerio de Cultura. Este reconocimiento oficial reconoce las invaluables contribuciones de las comunidades negras, afrocolombianas, palenqueras y raizales a la riqueza y diversidad de la nación. La importancia de esta conmemoración se ve reforzada por la reciente proclamación de las Naciones Unidas del Segundo Decenio Internacional para los Afrodescendientes (2025-2034) Este nuevo decenio busca fortalecer a nivel global el reconocimiento, la justicia y el desarrollo de estas comunidades, objetivos que resuenan profundamente con las luchas históricas y las persistentes desigualdades que aún enfrenta la población afrocolombiana, como bien lo ilustra la fuerza viva de su herencia.
- 10 mayo, 2025

La designación de mayo como el Mes de la Herencia Afrocolombiana no es un suceso aislado; es la respuesta a luchas históricas por el reconocimiento y la justicia, un eco constante de las voces que han buscado visibilizar la riqueza de un legado forjado en la diáspora africana y enriquecido en tierras colombianas. Si bien leyes y decretos han institucionalizado este mes como un espacio para la reflexión y la celebración, su significado más profundo reside en la energía palpable de las comunidades que mantienen viva su herencia ancestral.
Para comprender la vitalidad de la afrocolombianidad, es fundamental adentrarse en las raíces de su historia. La llegada forzada de millones de africanos a través de la trata transatlántica marcó un capítulo doloroso pero trascendental en la historia de Colombia. Sin embargo, de la opresión surgió una tenaz resistencia. Los palenques, comunidades cimarronas que desafiaron el sistema esclavista, se erigieron como símbolos de libertad y espacios donde las culturas ancestrales se preservaron y se reinventaron. Figuras emblemáticas como Benkos Biohó , líder del Palenque de San Basilio, personifican esta lucha indomable por la autonomía y la dignidad.
El legado de la resistencia trascendió los límites de los palenques, manifestándose en sublevaciones y en la preservación de lenguas y conocimientos ancestrales, elementos cruciales en la construcción de identidades resilientes.La abolición de la esclavitud fue un hito importante, pero no significó el fin de la lucha por la igualdad. Las comunidades afrocolombianas continúan enfrentando discriminación y marginación, una realidad que se refleja en los altos índices de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI).
En muchas regiones del país, las comunidades afrocolombianas presentan índices de NBI superiores al promedio nacional. Datos del DANE revelan que un porcentaje significativo vive en condiciones de pobreza multidimensional, con acceso limitado a educación de calidad (donde la etnoeducación y los estudios afrocolombianos aún no se implementan de manera efectiva, y la educación inicial es débil), salud y servicios básicos. Esta situación evidencia la necesidad de enfoques integrales que no solo celebren la cultura afrocolombiana, sino que también aborden sus precarias condiciones de vida. Estas desigualdades se manifiestan de manera crítica en áreas como:
- Acceso a Educación: La baja calidad educativa, la falta de implementación de la etnoeducación y los estudios afrocolombianos, sumada a una educación inicial deficiente, contribuyendo a que la tasa de deserción escolar en estas comunidades supere la media nacional, limitando su desarrollo educativo y sus oportunidades laborales.
- Salud y Servicios Públicos: El acceso a servicios de salud es restringido, y numerosas familias enfrentan dificultades para recibir atención médica oportuna y acceder a servicios básicos esenciales.
- Vivienda y Saneamiento: La carencia de infraestructura adecuada obliga a muchas familias afrocolombianas a vivir en condiciones de hacinamiento, sin acceso a agua potable ni alcantarillado, lo que agrava los problemas de salud.
El conflicto armado en Colombia ha tenido un impacto devastador en las comunidades afrocolombianas, exacerbando su vulnerabilidad. Las víctimas de este conflicto han sufrido desplazamiento forzado, reclutamiento de jóvenes y violencia en sus territorios ancestrales.
- Desplazamiento Forzado: La violencia y la expansión de proyectos económicos y extractivos han provocado el desplazamiento de numerosas comunidades afrocolombianas de sus tierras. Esta situación no solo compromete su seguridad física, sino que también rompe su conexión ancestral con la tierra, un pilar fundamental de su identidad.
- Reclutamiento de Jóvenes: La falta de oportunidades y el contexto de violencia han llevado al reclutamiento de jóvenes afrocolombianos por parte de grupos armados. Esto no solo frustra su desarrollo personal, sino que también debilita el tejido social de toda la comunidad.
- Violencia en Territorios Ancestrales: La presencia de grupos armados en territorios afrocolombianos amenaza la vida e integridad de sus habitantes y pone en riesgo la protección de sus territorios y culturas, obstaculizando el desarrollo de proyectos comunitarios y de autonomía, y perpetuando un ciclo de vulnerabilidad.
- Capítulo Étnico del Acuerdo de Paz: La baja implementación de los acuerdos contemplados en el capítulo étnico del Acuerdo de Paz representa una deuda pendiente que dificulta la garantía de los derechos de las comunidades afrocolombianas y la reparación integral de las afectaciones sufridas durante el conflicto.
La fuerza viva de la afrocolombianidad se manifiesta plenamente en su rica y diversa cultura. La música y la danza son expresiones poderosas de su historia, espiritualidad y alegría. El currulao del Pacífico, con el sonido hipnótico del cununo y el guasá, narra historias cotidianas, mientras que la cumbia se erige como un símbolo de la identidad colombiana.
La gastronomía afrocolombiana constituye otro pilar fundamental. Desde el sancocho de pescado del litoral Pacífico hasta el arroz con coco, los sabores ancestrales se transmiten de generación en generación. La tradición oral, con sus cuentos y leyendas, preserva la historia, los valores y las cosmovisiones que fortalecen el tejido social.
La contribución de la comunidad afrocolombiana trasciende lo cultural. Su trabajo y conocimiento han sido fundamentales en el desarrollo económico del país, a compartir desde la agricultura hasta la minería. Sus expresiones culturales han enriquecido el patrimonio colombiano, y sus líderes y activistas han sido claves en la lucha por la justicia social y el reconocimiento de sus derechos.
Sin embargo, el camino hacia la igualdad sigue sembrado de desafíos persistentes. A pesar de algunos avances, las comunidades afrocolombianas aún enfrentan el racismo estructural, la pobreza y la amenaza a sus territorios ancestrales. La violencia, el desplazamiento y el reclutamiento forzado son realidades que exigen atención urgente.
A pesar del creciente reconocimiento, las comunidades afrocolombianas continúan lidiando con retos significativos. El racismo estructural, la discriminación, la pobreza y la falta de oportunidades persisten en muchas regiones del país. La defensa de sus territorios, amenazados por la minería ilegal y la violencia, sigue siendo una prioridad fundamental.
No obstante, en medio de estos desafíos, la vitalidad de la afrocolombianidad se manifiesta con una energía renovada. Nuevas generaciones de líderes, artistas y activistas están utilizando diversas plataformas para reivindicar sus derechos, visibilizar sus aportes y mantener viva su cultura. La música, el arte y la organización comunitaria son herramientas esenciales en esta lucha por la igualdad.
Más allá de la celebración de mayo, resulta fundamental que la sociedad colombiana en su conjunto reconozca, valore y apoye la preservación y el florecimiento de esta herencia. Esto implica un compromiso firme con la justicia social, abordando las Necesidades Básicas Insatisfechas que afectan a estas comunidades, así como los desafíos del desplazamiento y la violencia. En este sentido, se hace un llamado al gobierno del presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia-Márquez para que intensifiquen sus esfuerzos en la implementación de políticas públicas que garanticen el acceso equitativo a educación, salud, vivienda y servicios básicos en las comunidades afrocolombianas, así como la protección de sus territorios ancestrales y la reparación integral de las víctimas del conflicto armado.
Es fundamental priorizar la inversión social y la participación activa de las comunidades en la construcción de soluciones que respondan a sus necesidades específicas, ejecutando las políticas públicas a favor de la población afrocolombiana contempladas en el Plan Nacional de Desarrollo “Colombia Potencia Mundial de la Vida”. Al hacerlo, no solo se honra el pasado, sino que se construye un futuro más justo, equitativo e inclusivo, donde la fuerza viva de la afrocolombianidad siga inspirando y transformando el país. Este legado no es solo suyo; es un patrimonio de toda Colombia.