Movimiento Nacional Cimarrón | Derechos de la Población Afro

Por los Derechos Humanos de la Población Afrocolombiana

El Fin de la Juntanza Étnica: Impacto y Legado del Cierre de un Programa Clave para Comunidades Étnicas en Colombia.

“Necesitamos seguridad y paz”: director de Cimarrón sobre la población afrodescendiente Finalizamos el primer año de implementación de la Escuela Nelson Mandela Universidad El Externado renueva convenio con Movimiento Nacional CIMARRÓN Universidad El Externado renueva convenio con Movimiento Nacional CIMARRÓN Movimiento Nacional Cimarrón Edit Template Por Prudencio Palacios Palacios  El cierre del programa Juntanza Étnica, una iniciativa que floreció entre 2021 y 2024 bajo el auspicio de la Fundación ACDI/VOCA, con el respaldo crucial de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), sembró una profunda preocupación en las comunidades étnicas de Colombia. Esta iniciativa, que durante sus años de funcionamiento se había convertido en un faro de esperanza para el fortalecimiento de la gobernanza propia, la promoción de oportunidades económicas arraigadas en la identidad cultural y la salvaguarda del rico patrimonio ancestral, llegó a su fin en un contexto marcado por la incertidumbre. 6 mayo, 2024 Edit Template El cierre del programa Juntanza Étnica, una iniciativa que floreció entre 2021 y 2024 bajo el auspicio de la Fundación ACDI/VOCA, con el respaldo crucial de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), sembró una profunda preocupación en las comunidades étnicas de Colombia. Esta iniciativa, que durante sus años de funcionamiento se había convertido en un faro de esperanza para el fortalecimiento de la gobernanza propia, la promoción de oportunidades económicas arraigadas en la identidad cultural y la salvaguarda del rico patrimonio ancestral, llegó a su fin en un contexto marcado por la incertidumbre. La decisión de la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, de recortar drásticamente los fondos destinados a programas de desarrollo internacional, incluyendo aquellos enfocados en el apoyo a las comunidades étnicas en Colombia, asestó un golpe directo a la continuidad de Juntanza Étnica. De hecho, informes indican que EE.UU. “canceló oficialmente el 83%” de los programas de USAID. La narrativa de un supuesto “despilfarro” de recursos resonó en Washington, eclipsando los logros palpables que el programa había cosechado en territorios a menudo marginados y olvidados. Incluso, el presidente Trump criticó específicamente la asignación presupuestal de USAID a la ejecución de programas con étnico en Colombia. El impacto de este cierre no se hizo esperar. Organizaciones de base afrocolombianas e indígenas, que habían encontrado en Juntanza Étnica un aliado estratégico para impulsar sus propios procesos de desarrollo y autonomía, se vieron repentinamente despojadas de un apoyo fundamental. El cese abrupto de la financiación obligó a muchas de estas organizaciones a cerrar sus puertas, despidiendo a equipos de trabajo comprometidos y truncando iniciativas vitales en áreas como la seguridad alimentaria, la protección del medio ambiente y el fortalecimiento de las identidades culturales. Decenas de estas organizaciones se vieron forzadas al cierre debido a estos  recortes de Trump La sensación en las comunidades étnicas fue de desamparo y frustración. Líderes que habían depositado su confianza en la continuidad de estos procesos vieron cómo años de esfuerzo y colaboración se desvanecían ante una decisión política ajena a la realidad de sus territorios. La pregunta que resonaba con fuerza era qué camino seguirían ahora, cómo llenar el vacío dejado por un programa que había logrado tejer lazos de confianza y construir capacidades locales. Ante este escenario, la mirada se dirige hacia el gobierno nacional colombiano. Sin embargo, hasta el momento, no se ha percibido un plan estratégico y articulado para mitigar las consecuencias del cierre de Juntanza Étnica. No se ha anunciado una iniciativa gubernamental de envergadura similar que busque recoger el legado del programa y dar continuidad a los procesos de fortalecimiento comunitario que se vieron interrumpidos. Tampoco se ha evidenciado una gestión activa y decidida por parte del gobierno para buscar nuevas fuentes de financiación internacional que puedan suplir el vacío dejado por la cooperación estadounidense. La búsqueda de alianzas con otros países que compartan la visión de un desarrollo inclusivo y respetuoso de la diversidad étnica parece no haber tomado la urgencia que la situación americana. La incertidumbre persiste en las comunidades étnicas. El cierre de Juntanza Étnica no solo significó la pérdida de un importante flujo de recursos, sino también la interrupción de un modelo de trabajo colaborativo que había demostrado ser efectivo en la promoción de su desarrollo autodeterminado. La ausencia de un plan claro por parte del gobierno nacional para corregir esta situación o para explorar nuevas vías de apoyo internacional genera una profunda preocupación sobre el futuro de estas iniciativas y el bienestar de las comunidades que tanto se benefician de ellas. El legado de Juntanza Étnica, aunque valioso, corre el riesgo de diluirse si no se encuentran nuevos caminos para seguir construyendo sobre lo avanzado. Foto: Julián Vivas – ACDIVOCA.

La deuda histórica: Exigiendo verdad y justicia por el crimen de la esclavitud

“Necesitamos seguridad y paz”: director de Cimarrón sobre la población afrodescendiente Finalizamos el primer año de implementación de la Escuela Nelson Mandela Universidad El Externado renueva convenio con Movimiento Nacional CIMARRÓN Universidad El Externado renueva convenio con Movimiento Nacional CIMARRÓN Movimiento Nacional Cimarrón Edit Template Por: Juan de Dios Mosquera Mosquera La ONU estableció el 25 de marzo como un día para recordar a las víctimas de la esclavización, un llamado a reconocer uno de los capítulos más brutales de la historia humana y a confrontar los peligros persistentes del racismo y los prejuicios. Como señala el secretario general Antonio Guterres, esta fecha no solo honra a quienes sufrieron bajo el yugo de la esclavitud, sino que también exige reflexión sobre sus secuelas, aún palpables en la desigualdad y la discriminación que afectan a los pueblos afrodescendientes. 6 mayo, 2024 Edit Template Entre 1510 y 1888, los imperios europeos desplegaron un sistema de explotación que redujo a millones de africanos a la condición de “bienes muebles”. Más de 12 millones de personas fueron arrancadas de sus tierras, sometidas a trabajos forzados y privadas de su humanidad. Su sangre y sudor cimentaron las riquezas del colonialismo, el industrialismo y el capitalismo occidental. Como escribió el padre Alonso de Sandoval en el siglo XVI: “Los esclavos viven muriendo y mueren viviendo”. Hoy, las consecuencias de este crimen de lesa humanidad perduran: racismo estructural, exclusión política y negación de derechos básicos. Pero también surge una demanda imparable: verdad, justicia y reparación. Los pueblos afrodescendientes reclaman su lugar en la historia, no como víctimas pasivas, sino como constructores de civilización y agentes de cambio. El Decenio Internacional de los Afrodescendientes (2025-2035) bajo el lema “Reconocimiento, justicia y desarrollo”, es una oportunidad para transformar esta deuda histórica en políticas concretas. La reparación no es solo un acto de justicia; es un paso hacia la humanización de sociedades aún marcadas por el colonialismo. Como afirma el Movimiento Nacional Cimarrón, repensar la historia es el primer paso para reafirmar la identidad y exigir un futuro digno. La lucha continúa, y su eco resuena en cada voz que clama por equidad y en cada memoria que se niega a ser olvidada.

31 de agosto: Día Internacional de los Pueblos Afrodescendientes

“Necesitamos seguridad y paz”: director de Cimarrón sobre la población afrodescendiente Finalizamos el primer año de implementación de la Escuela Nelson Mandela Universidad El Externado renueva convenio con Movimiento Nacional CIMARRÓN Universidad El Externado renueva convenio con Movimiento Nacional CIMARRÓN Movimiento Nacional Cimarrón Edit Template El informe del Banco Mundial revela que la población afrodescendiente en América Latina es de 133 millones, siendo una de las minorías más invisibilizadas. En 2020, la ONU proclamó el 31 de agosto como Día Internacional de los Afrodescendientes, una fecha que Cimarrón resignifica como el Día de los Pueblos Afrodescendientes en las Américas. Este día busca sensibilizar a la sociedad sobre los derechos y aspiraciones de esta población, promoviendo la etnoeducación, la eliminación del racismo y la implementación de políticas públicas que reconozcan sus derechos colectivos y culturales. 6 mayo, 2024 Edit Template Según el informe del Banco Mundial: “Afrodescendientes en Latinoamerica, hacia un marco de inclusión“, la población afrodescendiente de América Latina es de 133 millones, entre un total de 667 millones de habitantes, plantea que es la minoría más invisibilizada en cada país. Gracias al liderazgo de Costa Rica y su vicepresidenta EPSY CAMBELL, activista étnica afrodescendiente, el 16 de diciembre de 2020, la Asamblea General de la ONU, promulgó la conmemoración del 31 de agosto: Día Internacional de los Afrodescendientes, honrando la memoria de la “DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS NEGROS DEL MUNDO”, establecida por la “Primera Convención Internacional de los Pueblos Negros del Mundo”, convocada y presidida por el honorable Marcus Garvey, el 31 de agosto de 1920, en New York, EEUU. El Cimarronismo Contemporáneo, el pensamiento del Movimiento Nacional Afrocolombiano -CIMARRÓN- resignifica el concepto como Día Internacional de los Pueblos Afrodescendientes, específicamente, de los países del continente americano. El propósito de la fecha es sensibilizar y comprometer a los gobiernos y a la sociedad civil sobre la realidad social, la problemática, los derechos colectivos o culturales, las reivindicaciones y las aspiraciones de vida con justicia, dignidad e identidad cultural, de los pueblos afrodescendientes. Convoca al conocimiento y enseñanza de la historia y los estudios afrodescendientes, a enaltecer sus contribuciones a la civilización universal, y a adoptar medidas para el reconocimiento de sus derechos colectivos en las políticas públicas, promoviendo, la eliminación de la desigualdad e injusticia histórica, su progreso social y su desarrollo humano integral. El término AFRODESCENDIENTE es un concepto identitario aprobado y asumido por las organizaciones sociales étnicas del continente en la Conferencia Preparatoria Regional de las Américas, realizada en Santiago de Chile, del 5 al 7 de diciembre de 2000: “Llegamos <negros> y salimos, nos autoproclamamos <afrodescendientes>”. Se aplica a las personas y a los pueblos que se reconocen e identifican descendientes de las personas africanas que fueron secuestradas hasta América por los Estados de Europa Occidental, entre 1510 hasta finales del siglo XIX, sometidos a trabajos forzados en la condición de esclavitud, perpetua o de por vida, en las colonias de América, Asia y los países de Europa occidental. En América la descendencia, biológica y cultural, de las naciones y culturas de los países africanos es evocada por centenares de nombres de las personas afrodescendientes: Ocoró, Lucumí, Carabalí, Congo, Angola, Luango, Dajomé, Biohó, Arará, Pópo, Banguera, Balanta, Mandinga, Cundumí, y tantos otros. Ejercer la identidad biológica y cultural afrodescendiente es conocer, sentir y asumir (vivir) la africanidad y la afrodescendencia de cada sociedad. Es conocer, pensar, desarrollar y enaltecer los valores colectivos de la afrodescendencia en cada país del continente americano. Aplicando en sus países el pensamiento y el legado del honorable Marcus Garvey, las organizaciones sociales étnicas deben demandar en la conmemoración lo siguiente: 1. Programas nacionales de implementación de la etnoeducación (educación de calidad, pertinencia, liderazgo e identidad cultural para las personas y comunidades afrodescendientes). 2. El programa de enseñanza de la historia y los estudios afrodescendientes en los sistemas educativos. 3. Creación de los sistemas de estadísticas afrodescendientes dentro de los institutos o agencias estadísticas. 4. La formulación de una política pública nacional para la eliminación del racismo y la discriminación racial. 5. La aplicación dentro de los planes nacionales y territoriales de desarrollo, y en el conjunto de los planes y proyectos gubernamentales del enfoque diferencial étnico afrodescendiente. 6. La formulación y gestión en los Congresos de las Repúblicas de la ley de igualdad de oportunidades, acciones afirmativas y No discriminación racial de la población afrodescendiente. 7. Un ajuste institucional a favor de la población afrodescendiente, mediante la creación de: Comisiones Interinstitucionales e Intersectoriales para el Desarrollo Afrodescendiente. Un instituto o agencia nacional para el desarrollo afrodescendiente y un Fondo Nacional para el Desarrollo Afrodescendiente. 8. Formulación y ejecución de un programa nacional de reparación a favor de la población afrodescendiente por el crimen de lesa humanidad y sus consecuencias. 9. El establecimiento de programas de pagos por servicios ambientales y preservación sostenible de la biodiversidad a las familias afrodescendientes que viven en territorios selváticos. 10. Reconocimiento y pago oportuno y diligente de la reparación a las víctimas de los conflictos, así como la devolución de las tierras usurpadas por los grupos armados. 11. Un programa especial para apoyar y fortalecer el desarrollo institucional de las organizaciones sociales étnicas que promueven los derechos e intereses colectivos de los pueblos afrodescendientes. Finalmente, sigamos escuchando las palabras del honorable Marcus Garvey: “¡No se desanimen! !No pierdan la fe! ¡AVANZAD! Lo más importante es organizarse; si estáis desunidos os explotarán, os robarán. Organicémonos y el mundo se verá obligado a respetarnos… Hay que emancipar a nuestra raza de la servidumbre industrial, el peonaje y la opresión.“ (Marcus Garvey).